Yarumal, Antioquia, 12 de febrero de 2020
Me alegra enormemente estar acá, en esta Plaza de Yarumal, en un día cálido y lleno de esperanzas, de expectativas. De verdad sabemos que el Presidente de la República tiene, no solamente por su origen, porque la sangre de su padre es de esta región, todo el compromiso con Yarumal, con Antioquia entera, con Colombia entera.
Me siento muy orgullosa como Vicepresidenta de Colombia de estar hoy aquí, celebrando con tantos hombres y mujeres, la valentía, la convicción con la cual hace 200 años en estas mismas tierras, quienes nos antecedieron mantuvieron un propósito colectivo: posicionar el ideario de la libertad, de la justicia y de un gobierno republicano para todos los colombianos.
Hoy es día para que todo el país se entere que hace 200 años, en la batalla de Chorros Blancos, se profundizó el ímpetu del movimiento libertador, y como resultado, se mantuvo firme el ritmo con el que la Nueva Granada vibraba con el avance y la consolidación de la independencia y la libertad. Para que, desde este punto en Antioquia, la libertad continuara fluyendo con naturalidad propia, por las rutas del bajo magdalena.
Hoy es fácil entender por qué este himno de Antioquia, este himno precioso del cual nos sentimos orgullosos y enamorados todos los colombianos, habla de libertad, de estas montañas antioqueñas en donde se gestó y se consolidó la independencia del pueblo colombiano.
Señor gobernador Aníbal Gaviria, quiero felicitarlo, porque siendo usted gobernador, la Asamblea de Antioquia tomó la decisión, mediante una ordenanza, de declarar el 12 de febrero como el día en que se conmemora la libertad de los antioqueños. También quiero recordar que hay ordenanzas que han planteado la necesidad de que Antioquia y Colombia rindan tributo a la memoria de José María Córdova, desarrollando un monumento en Chorros Blancos, porque su aporte a la independencia nacional fue determinante.
Recordamos, y lo recordaban también nuestros historiadores que, desde 1995, la Asamblea departamental, en su ordenanza No 11, determinó que se debía erigir un monumento; se tomó la decisión de comprar unos terrenos y construir un parque ecológico.
Qué oportunidad más fascinante este Bicentenario para desarrollar una iniciativa de turismo histórico y patrimonial en la región, y conectarla con un gran recorrido por las huellas de la independencia a lo largo y ancho del país, que nos permita conocer la hermosura sin igual que tienen estas cordilleras antioqueñas.
Hoy cursa en el Congreso un proyecto de ley en el mismo sentido. Apreciados Congresistas de Antioquia, son ustedes determinantes para lograr que este proyecto tenga buen suceso, y que podamos lograr que Chorros Blancos sea el ejemplo para el país de la innovación pública y se desarrolle una iniciativa sostenible, que sería la mejor ley de honores o el mejor monumento a lo que significó la valentía, la determinación, la visión de largo plazo que tuvo el general Córdova.
Somos la generación del Bicentenario reunida hoy, no solo para recordar, sino para experimentar la inspiración y el orgullo de sentirnos colombianos en la República que nos vio nacer. Esta República que, en definitiva, es nuestro patrimonio más invaluable, porque en ella podemos encontrar el goce pleno de nuestros derechos, la construimos ejerciendo nuestros deberes con integridad y transparencia, pensando en el bien común, y la enriquecemos valorando su fascinante y exclusiva ventaja sobre cualquier otro lugar del mundo: su exuberante diversidad natural, cultural, racial, que hacen de Colombia una potencia cultural.
Ahora que nos va a acompañar también la señora Ministra de Cultura, tenemos que lograr realmente que nuestro compromiso con la cultura, con la trascendencia, con la historia, nos permita pensar no sólo en un monumento, sino en tantos otros instrumentos con los cuales Yarumal y esta región de Antioquia tengan mucha más visibilidad ante Colombia y el mundo entero.
Tenemos que celebrar con orgullo ser colombianos, celebrar hoy que los antioqueños tuvieron ese anhelo de independencia y libertad de toda una generación, celebrar que los antioqueños estuvieron a la altura de las circunstancias, así como hoy también están a la altura de las circunstancias, 200 años después, para contribuir a la construcción de la Colombia, para que logre rápidamente alcanzar la mayor suma de bienestar social, de desarrollo económico, de fortalecimiento institucional, porque es eso lo que nos va a garantizar liberarnos de esas cadenas de la pobreza, de la desigualdad, de la exclusión, de la corrupción, que tanto daño le hacen a una parte muy significativa de nuestra Nación.
Al igual que hace 200 años, debemos hacer el recorrido completo y entender que la independencia de Colombia fue producto de un proceso, que la independencia absoluta de la Corona Española, no se logró en un solo día, ni se trató de un asunto exclusivamente militar, fue un proceso que desde mucho antes, se había iniciado con el grito de los comuneros, y que sirvió después para que se empezaran a gestar todas las actividades que permitieron esa Batalla memorable de Boyacá, en la cual se selló de manera irreversible la independencia de Colombia, pero que llegó a estar en riesgo por esa determinación que tenían los españoles de reconquistar Antioquia.
Por esa razón, la Batalla de Chorros Blancos y la actitud de los hombres y mujeres patriotas de la época, nos tiene que servir de inspiración hoy, porque la independencia y la libertad, deben seguir siendo la luz de nuestra República, la luz que ilumine el futuro de las nuevas generaciones de colombianos.
Mantener vivo el espíritu colectivo hablando, escuchando, actuando en función del bien común, fue lo que creó a Colombia y esto es lo que -200 años después- debemos seguir haciendo nosotros sin dejar, que las malas intenciones de otros y su indiferencia frente a las necesidades de progreso de todos los colombianos, nos distraiga de ese objetivo.
Tenemos que apropiarnos de nuestro momento como la generación del Bicentenario, y como reza el himno de Antioquia, que representa el escudo de Yarumal, honremos este “sol naciente de libertad”. Sintámonos orgullosos todos –juntos- de ser colombianos, porque nuestros ancestros lograron lo improbable, el paso de 300 años de vida colonial, hacia la vida republicana.
Nos corresponde hoy a nosotros, en este periodo de la historia, consolidar la libertad y acelerar el paso de una república que, desde hace 200 años, nos ofrece igualdad de los ciudadanos ante la ley, pero en la que permanecen grandes desigualdades en el acceso a las oportunidades al progreso material, bienestar, justicia, seguridad plena, empleo digno y verdadera inclusión para todos los colombianos.
Señor alcalde, he tomado nota de sus solicitudes al Presidente, por supuesto que compartimos sus preocupaciones, y tendrá usted, de nuestra parte, todo el compromiso de trabajar de la mano con las autoridades de Antioquia, con el gobernador, con ustedes, para responder a las expectativas que tiene este pueblo yarumaleño.
Hoy 200 años después, nos queda preguntarnos qué estamos haciendo para mantener esta libertad que les costó la vida a tantos, y entender que, a partir de esa batalla memorable de Chorros Blancos, al igual que sucedió en Charalá, quedó sellada la victoria patriota, impidiendo ambas, que llegaran los refuerzos realistas.
Doscientos años después, sabemos que los enemigos ya no son los del ejército realista, sino que tenemos otros enemigos: son los de los discursos populistas, y también aquellos que, con su actividad ilegal, con el narcotráfico, con la corrupción, con la indiferencia frente a la pobreza, han estado dispuestos a poner en riesgo las conquistas de la República y de la democracia.
Hoy, hace 200 años, la juventud y la determinación del patriota Córdova que llegó en una silla a la Batalla de Chorros Blancos, porque estaba convaleciente de un accidente y tenía dificultad para ver, fueron superiores a cualquier dolencia. Llegó a esa batalla entendiendo que la lucha en el campo militar era necesaria, pero no suficiente, y hoy tampoco es suficiente. La lucha de los militares la vemos todos los días, y le agradecemos a nuestras Fuerzas Militares y la Policía, su lucha diaria, su lucha constante por la seguridad, por la independencia, por la libertad, por el orden en nuestro país.
Debemos entender que cada uno tiene que poner su parte en fortalecer las instituciones, un sistema económico que brinde reales oportunidades de empleo digno, de emprendimiento para todos los colombianos, de inclusión de las mujeres en estas oportunidades. De reconocimiento a la capacidad de las mujeres en el liderazgo de nuestra sociedad.
La batalla más importante es la que estamos dando hoy por unas ideas y por programas dirigidos a la equidad, tal como lo ha planteado el Presidente de la República, para que logremos que, con legalidad, con emprendimiento, y a pesar de las dificultades económicas que hay en el mundo entero, y de la incertidumbre que acongoja a miles y millones de ciudadanos en el globo, Colombia siga progresando como lo está haciendo ahora, siga creciendo su economía para generar más empleo y mejores oportunidades de vida.
En esta región de Antioquia, tan importante para el desarrollo empresarial, tan referente de lo que significa la determinación de los empresarios para lograr desarrollo y empleo, tenemos que apoyar esta labor que viene haciendo el Gobierno Nacional, dirigida por el Presidente, para que el fortalecimiento y progreso de todos los colombianos, venga de la mano con esta determinación de crecer, generar empleo y brindar más oportunidades de inclusión a todos.
Con un nutrido grupo de historiadores de todo el país, iniciamos en 2019 una conversación sobre lecciones aprendidas en los 200 años de la República, la cual continuaremos hasta el 2021, esperando -con base en esos insumos- realizar un gran ejercicio prospectivo sobre el país que todos juntos queremos empezar a construir para el tercer centenario.
Entre las experiencias que más me han impresionado durante los últimos 18 meses en este cargo, está el afán tóxico de las relaciones y mensajes que se alimentan por parte de algunos, procurando dividir y destruir, en lugar de unir y construir una mejor versión de Colombia. Creo, profundamente, que la mejor versión de Colombia es la que el Presidente ha planteado: seguir adelante con el esfuerzo de todos los colombianos, pensando en el bienestar común, y actuando con integridad por encima de cualquier agenda personal, y manteniendo la determinación de unir todos los días al pueblo colombiano.
Cuando iniciamos en 2019 la Conversación Nacional con los historiadores, supimos de inmediato que, en cada mesa de trabajo, surgen ideas que contrastan con las de otros, pero también, hay un espíritu colectivo que supera constructivamente las diferencias. Por esa razón, nuestra Conversación Nacional tiene que seguir reconociendo la diversidad nacional y construyendo consensos, a pesar de esas diferencias.
Estamos convencidos del poder transformacional que tiene el conversar sana y honestamente, no hay razón para continuar negándole al país, con actitudes exclusivas, excluyentes ni amenazantes la posibilidad de conversar sobre los problemas que nos aquejan a todos, porque el riesgo de debilitar las instituciones, de debilitar la economía y de seguir alimentando la corrupción, nos afecta a todos los colombianos por igual, más allá de las clases sociales u otras consideraciones.
Pretender anular la conversación es anular la posibilidad de comprender que los problemas del presente son menores que los problemas del pasado, tenemos que reconocer que, a pesar de lo que nos falta, tenemos un vaso de agua medio lleno, hemos reducido los niveles de pobreza en nuestro país, tenemos una economía creciendo más que toda América Latina, que está generando empleo para todos los colombianos. Debemos mantener la determinación de encontrar, entre todos, soluciones a nuestros problemas, actuando con la verdadera intención de proyectar a Colombia como una nación grande, equitativa y con oportunidades.
Lo vivimos anoche en Bucaramanga, donde el buen ritmo de la Conversación Nacional, supuso creatividad, empatía e integridad, al igual que nos sucede siempre en Antioquia, esta tierra que nos inspira empatía, donde ha habido tanta creatividad y co-creación, que ha servido para el progreso de todos los colombianos, tal como sirvió hace 200 años a la independencia, cuando héroes y heroínas, bajo el mando de Córdova, entregaron su sangre por la libertad de los colombianos.
Si Córdova hubiera perdido Antioquia, también los patriotas hubieran perdido a la Nueva Granada. Si hubiéramos perdido a Antioquia y a la Nueva Granada, no tendríamos hoy nuestra República; no tendríamos hoy libertad.
Hoy tenemos una Conversación Nacional que tiene creatividad, empatía, integridad y un gran sentido de la responsabilidad. Ojalá que en los hogares colombianos este espíritu de interacción social, que lidera el Presidente Iván Duque, sirva para que sigamos activando, en cada uno de nuestros hogares, conversaciones amables, respetuosas, inspiradoras, a pesar de que tengamos diferencias.
Antioqueños, hombres y mujeres de Yarumal, Campamento y Angostura, agradecemos su compromiso con Colombia y la oportunidad que esta conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional, nos da para entender mejor nuestro pasado, para valorarlo, para aprender las lecciones que ese pasado nos ha legado y, sobre todo, para entender que a medida que avance este proceso de conmemoración, cuando podamos recordar cómo se recuperó a toda la región Caribe, a Riohacha, a Santa Marta, a Cartagena, y el año entrante conmemoremos la expedición de esa Constitución de la Villa del Rosario de Cúcuta, nos demos cuenta –todos- por qué tenemos motivos para sentirnos más colombianos que nunca, y por qué tenemos la obligación de trabajar por esta patria, con mayor determinación, con mayor amor y generosidad que nunca.