Por: Marta Lucía Ramírez
Vicepresidente de la República
La humanidad enfrenta la crisis más compleja de su historia reciente, y Colombia no es la excepción. Estamos trabajando por recobrar la economía y hacerla más productiva, sostenible, que genere empleos y cierre brechas de esa pobreza, que durante siglos ha traído dolor de alma a nuestro país.
Más allá de la reactivación de corto plazo para retornar al crecimiento del 3.3% que teníamos en diciembre, estamos diseñando la estrategia para repotenciar la economía y llevarla a metas ambiciosas para que, en el 2030 -al término de los Objetivos de desarrollo sostenible-, estemos creciendo al 5.5 o 6% anual, con un nivel de pobreza de un dígito y llegar al empleo en pleno, aumentando la clase media en todo el territorio. Por ello, hemos conformado una Misión de Internacionalización con expertos nacionales e internacionales y trabajamos desde el Gobierno con los gremios de la producción, en la revisión a 10 años, de los Pactos por el Crecimiento y el Empleo, suscritos hace menos de un año.
El potencial marítimo, que ha sido subvalorado en Colombia, es una de nuestras apuestas. El privilegio geoestratégico de contar con dos océanos, nos ofrece –en medio de esta crisis- un abanico de opciones de desarrollo, sostenibilidad y generación de empleo en los 47 municipios de las dos costas, víctimas de pobreza y abandono de generación en generación.
Para proyectarnos como líderes regionales, en todas las actividades económicas relacionadas con los mares en los próximos 10 años, llevamos con la Comisión Colombiana del Océano y el DNP, al CONPES, la política “Colombia Potencia Bioceánica Sostenible 2030”, aprobada en marzo. Se fortalece así la institucionalidad de las zonas costeras con la creación del “Sistema Bioceánico Nacional”.
Contamos con 658.000 kilómetros cuadrados en el mar Caribe, y 330.000 en el Pacífico, lo que equivale al 44,86% de la extensión total del territorio. Los retos están enmarcados en cinco objetivos: fortalecer la gobernanza en los océanos; reforzar la soberanía, defensa y seguridad marítima; fomentar el conocimiento, la cultura y la investigación en asuntos oceánicos; articular el desarrollo territorial y marino, e impulsar las actividades económicas.
Tenemos 10 actividades con enorme futuro económico sobre nuestras costa: industria de pesca; oportunidad de atraer barcos mediante política de abanderamiento nacional; industria de astilleros, mantenimiento, atención y reparación a naves marinas; investigación en biodiversidad marina para producción costa afuera y bioeconomía; obras de corrección de erosión costera; formación de población del mar para navieras internacionales; turismo de playa, con bandera azul; desarrollo de diversidad cultural y gastronómica, y comercio.
Con el Presidente Duque, hemos definido la importancia estratégica de nuestros mares con visión económica. Hoy le apostamos, además, a la protección, recuperación y divulgación del patrimonio cultural sumergido; a una mayor participación en altamar y la Antártica y, por ello, todas las acciones que se desarrollan deben estar articuladas en una política y comprometidas en un trabajo interinstitucional público y privado.
A través de la Comisión Colombiana del Océano y el Sistema Oceánico, desarrollamos el Capítulo que, por primera vez en nuestra historia, se incorporó al Plan Nacional de Desarrollo para reconocer la importancia de Colombia como uno de los pocos países bioceánicos del mundo.
Este privilegio, parte explícita de nuestra identidad nacional, invita a tomar conciencia de la riqueza de nuestras zonas marinas e insulares en el Pacífico y en el Caribe; y a aprovechar nuestra ubicación estratégica, así como la vecindad con el Canal de Panamá. Colombia no seguirá de espalda a sus mares; ahora los mirará de frente, con una clara carta de navegación para el beneficio, en todo su esplendor, de las riquezas de los dos océanos que orgullosamente bañan nuestra patria.
Publicada en El Tiempo
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